sábado, 13 de febrero de 2010

Up in the air.

Bueno pues esta peliculilla promete y da cosas muy interesantes. A mi parecer el casting es bastante apañado, desde luego el guión parece escrito para George Clooney. Vera Farmiga es un contrapunto ideal, tiene la clase de sonrisa encantadora, la voz suave, los gestos simples que han hecho a Clooney un mito. Y es formidable, por que para lo que está en la película es para ser una versión femenina y exagerada de Clooney. Por que aquí se interpreta en parte a si mismo, y puede que se parodie, para saber eso habría que estar algo mas interesado en su vida privada. Los secundarios, son adecuados, habituales del humor como Jason Bateman, Zach Galifianakis, Danny McBride y J.K. Simmons; Jona Jameson de spiderman. Anna Kendrick, que aparte de en crepúsculo poco mas se la ha visto, hace un papelito importante, dedicándose a ser repelente, como su físico le permite, y eso que esta bastante buena.

Una película de un tipo especial de persona, que igual nos suena de la primera parte de “El club de la lucha”. Que practica un estilo de vida elegido y cultivado durante años, alejado del compromiso, predicando una escala de valores que muchos despreciarán y muchos mas envidiarán. Con un empleo de éxito que no quisiera yo ni por todo el oro del mundo, y aun así que el protagonista ejecuta con una profesionalidad admirable. Al final se deja llevar, y se da el hostión. ¿Os suena? Si efectivamente se veía venir, nos ha pasado a todos de alguna manera y hasta es fácil emocionarse viendo como le pasa a un tipo tan elegante y tan fácil de querer.

El director de Juno se ha currado una película donde el ritmo importa poco, donde la moraleja se diluye y se mezcla con cierta decepción. Una película sobre la soledad, esa terrible capacidad que tenemos de creernos nuestras propias mentiras, y el fracaso. Mucho mas terrible cuando lo encontramos al cumplir nuestras mas altas expectativas. Dos recomendaciones; no la veáis solos, y desde luego ni se os ocurra verla en domingo. Está empapada de esa sensación rara que nos da los domingos por la tarde.

Por si alguien quiere hacerse el gracioso, hasta yo se que me he puesto intenso.