domingo, 26 de julio de 2009

Firefly - Serenity

Después de la agradable etílica y muy friki charla del sábado, me decido a recuperar una critica de la película “Serenity” y la serie “Firefly”. Publicada en la abandonada “Guarida de gordobot”, fue la primera entrada del blog, a mi juicio bastante decente y muy completa. Vosotros juzgareis.



Hará cosa de media hora que acabo de ver la película, desgraciadamente en el ordenador de mi cuarto. Entre otras cosas por que a nadie le apetecía gastarse el dinero en acompañarme a ver una película del creador de “Buffy”. Ha sido otra sorpresa, una si cabe más grande que la que me causo la serie. Aunque debe haber pasado bastante inadvertida para aquellos que no hayan visto “Firefly”, la serie de la fox de la cual “Serenity” es continuación. Y digo continuación con cierta esperanza en el éxito de la película, y confiando en que la Fox rescate la serie. Podría pasar como con mi adorada “Padre de familia”, al menos sabemos que los directivos de la Fox son volubles y se encaran buscando beneficios.
La película está llena de mejoras con respecto a la versión televisiva, aunque los decorados se conservan, como algunos detalles del diseño de producción (Muchos trascienden de la estética y son parte de los personajes). Los vehículos, así como las naves de la “Alianza” y los “Reavers” están mejorados con la intención de ser más creíbles. Por que el futuro en el que se sitúan los tripulantes de la "Serenity" es una amalgama de los universos más pesimistas, realistas e indeseables de la ciencia ficción. Las ciudades abarrotadas llenas de publicidad, cromo y neón de “Blade runner” y “El neuromante”, así como su mezcla de idiomas e interculturalidad. Las naves sucias, grasientas y viejas de la saga “Alien”, Y las armas de fuego, los cazadores y las artes marciales de “Cowboy Bebop”.Tambien salen los bichos de "fantasmas de marte" pero es que es tan obvio que se me olvida. Aunque un poco trillada, la idea de que la colonización del espacio da lugar a un nuevo Oeste, pues uno se la traga sin dificultad. Para empezar porque el oeste, los vaqueros, y los revólveres molan mas que el copon. Y sobre todo porque incluso un gobierno centralista como el que se propone, cuando no sujeta algo con sus tentáculos, prefiere ignorarlo. Y en lugar de ciudades pues acabamos teniendo mundos sin ley. Para mas INRI, la tripulación de la “serenity” es un grupo de forajidos con buenas intenciones y mal carácter, liderado por un par de excombatientes de una guerra de independencia perdida. Que da asilo a dos fugitivos; un medico de los planetas centrales que abandonó su vida de éxito por salvar a su hermana pequeña. Y la hermana, un sujeto experimental de la alianza, esquizofrénica y telépata. Que además de estar rebuena, reparte candela sin despeinarse.
En la película se rescatan personajes de la serie, algunos añaden el toque que la televisión no permitió que dieran. Y otros se recuperan para completar a otros personajes más complejos. Por que los personajes son complejos, y conocidos. Muy arquetípicos, pero también muy humanos. Tienen el encanto de los perdedores orgullosos, y la picardía justa para parecer inteligentes pero no impertinentes. Algunos se dejan arrastrar, otros buscan fe, y hay hasta quien solo desea vivir para volver a follar.
Con una conclusión medianamente abierta, (que podría servir de digno final si así se desea), suficiente acción made in Hollywood para agradar a los garrúlos, y mas emotividad de la que se suele ver en el cine de hoy, “Serenity” termina, y ni nos sermonea, ni nos ilumina ni nos instruye. A mi me encanta la sensación, y se la recomiendo a cualquier aficionado a la ciencia ficción. Y que se descargue la serie que esta subtitulada y mejora la experiencia de la película enormemente.

miércoles, 15 de julio de 2009

Enfuscación

La frustración, la que puede apreciarse en el carácter como un rasgo, viene de pequeñas decepciones. Sin ponerme budista trascendental, y sabiendo que todo esto suena conocido, manido y repetitivo, me parece importante decirlo. Creo necesario destacar, que los grandes errores y las elecciones cruciales, los decisivos giros de nuestras vidas, positivos o negativos, no nos frustran tanto como:

Salir del trabajo 15 minutos después de que cierren la panadería de la esquina, todos los días de la semana.
Intentar perder peso para caber en esa preciosa camisa que te regalaron y quedarse siempre a unos cruciales centímetros.
Subir la cuesta de camino a casa de un tirón en la bici y tener que bajarte a mitad para encenderte un cigarro.
Decirle hola a la vecina maciza y coger la escalera cuando ella sube en el ascensor.
Grabar el mismo DVD 6 veces y que no te funcione ninguna.
Limpiar el polvo de una estantería que en el fondo deberías tirar.
Hacer limpieza en el armario, y ver que tu padre, aunque un poco hortera, tenia mucho mejor gusto que tu, y era mas moderno a tu edad.
Llevar el bolso lleno de trastos inútiles, y sacarlos justo la tarde en que te hubieran venido de lujo.
No hacer nada cuando te dan la excusa perfecta para partir una cara.
Beberte una cerveza, cuando tú en realidad quieres una coca cola Light.
Encender el último cigarrillo con una cerilla, y notar que te saben los alvéolos a cera.
Ir a buscar una lata de atún y encontrar mejillones y almejas.
Comprar queso del bueno, ponerlo al fondo de la nevera y encontrarlo 2 meses mas tarde completamente mohoso.


Sin que sirva de precedente, intenta participar, y coméntame que te frustra. Eso si, no te me hagas el gracioso o el intenso que el botón de borrar comentario esta muy fresco.

viernes, 3 de julio de 2009

ODIO:

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Odio cuando alguna se hace la guarra y luego enseña menos de lo que debía.
Odio que se marquen las paginas de los libros doblando esquinitas.
Odio que me digan de usted, me llamen señor o me hagan una reverencia sin respetar el protocolo.
Odio a los perros que comen comida de persona.
Odio a cualquiera que pretenda agradar.
Odio las costuras que se hacen cantosas para que se vean.
Odio a todos y cada uno de los portadores de antorchas olímpicas.
Odio a las negras con el culo plano.
Odio guardar-calentarle la silla a nadie.
Odio a los tipos “guays”.
Odio a los que se tatuan moderneces.
Odio a los clérigos malvados.
Odio a los no protegen al mago.
Odio no poder mirar a las tías el escote más de un segundo, sin que se pongan histéricas.
Odio los juegos “educativos”.
Odio el Apocalipsis inmobiliario.
Odio los bocadillos vegetales.
Odio la música de verbena.
Odio que me den la mano flojita flojita.
Odio que alguien me conteste con un “pues YO…”.
Odio Harry potter, el codigo davincci, crepúsculo y millenium.
Odio a los mártires del POP.
Odio que cuando algo (o alguien) es lo bastante hortera, empiece a molar.
Odio a los putos modernos.
Odio a las tuercecuellos que se ponen dignas.
Odio el plan B.
Odio que me saluden solo cuando apetece.
Odio a los vecinos de la piscina, marujas, niños asquerosos y pijos de tres al cuarto.
Odio a quien llega puntual para poder rajar de quien llega tarde.
Odio a quien se le queda pequeña Córdoba.
Odio pedir perdón, y que me manden a chuparla.
Odio cagar vestido.
Odio el ¿Si o que?
Odio que no se me reconozca el merito de dejar vivir a tanto cretino.
Odio a los chavalines que van de viejos.
Odio al tío que cuenta el chiste del cura de Graná.
Odio a los subnormales que van de intensos.
Odio que me digan “eso es obvio”.
Odio que me pidan favores, haciéndome creer que en realidad es algo bueno para mí.
Odio que si, sea quizás, y no sea no.
Odio que me llamen “El Insa”.
Odio que la gente solo se pueda morir una vez.
Odio el Karma, por que es que está rotísimo.